El candidato presidencial de La Libertad Avanza, Javier Milei, tiene casi dos semanas de campaña antes de la veda electoral. Tiempo en el cual buscará convencer a los votantes de Patricia Bullrich, de Juan Schiaretti y, en menor medida, de la Izquierda. Sus guiños estarán especialmente dedicados a los electores “huérfanos” de su exrival de Juntos por el Cambio, con quien se acaba de aliar. Y el cierre de campaña probablemente sea en Córdoba, para asegurarse de sumar la mayor cantidad posible de antikirchneristas que eligieron a Schiaretti.

Aunque confiado en las encuestas, que lo dieron en los últimos días entre 2 y 5 puntos por encima de su rival, Milei quiere evitar los aires triunfalistas. Que ya lo dejaron en el decepcionante segundo puesto en las Generales. Durante los próximos 15 días se dedicará a recorrer 15 puntos estratégicos, con relativo bajo perfil. A diferencia de la fase anterior de la carrera proselitista, se abstendrá de revelar sus destinos de campaña de antemano. En su entorno, solo adelantan que fueron pensados según su “simbolismo” o de acuerdo a la cantidad de votantes locales.

El grueso de las visitas serán sorpresivas para evitar la presencia de dirigentes locales y generar un ambiente lo más “espontáneo” posible. Ya que le aconsejaron privilegiar el contacto con los vecinos y alejarse de todo tipo de «casta». Pero otras tendrán previo aviso, para generar volumen en las imágenes que difundan luego en redes sociales y medios.

El cierre de campaña también será marcadamente distinto. En lugar de reunir a una multitud en el estadio Movistar Arena, esta vez piensan en un encuentro reducido en el interior. Lo más probable es que sea en Córdoba, sindicada como la provincia-clave de la elección de los libertarios. Sobre todo, porque la mayoría de los cordobeses entre seguidores de PRO y simpatizantes de Schiaretti, son antikirchneristas.