El dengue presenta una sintomatología que incluye deshidratación debido a la fiebre, diarrea, náuseas, vómitos, inflamación hepática y la disminución de plaquetas y leucocitos. La deshidratación es una de las principales razones por las que los pacientes con dengue son hospitalizados. Por lo que la rehidratación juega un papel esencial.

Según explicó la Lic. Felicitas Rodríguez Vieyra, la hidratación debe realizarse mediante el consumo de agua y sales de rehidratación, ya sean comerciales o caseras. En el caso de las sales caseras, se puede preparar una solución con agua potable o hervida, sal, azúcar y, opcionalmente, jugo de limón o naranja para mejorar el sabor.

Durante la fase aguda del dengue, también puede estar asociado con diarrea, por lo que se recomienda una dieta astringente y baja en grasa. Se aconseja consumir lácteos descremados, carnes magras como pollo y pescado, cereales como arroz y fideos blancos. Y verduras cocidas como zanahorias, calabazas y berenjenas, evitando las semillas y cáscaras. Las frutas también deben consumirse cocidas en compota o al horno.

Después de superar la fase gastrointestinal aguda, se recomienda una alimentación que cubra los déficits de hierro y proteínas para aumentar las plaquetas y combatir la posible anemia. Se pueden incorporar alimentos como legumbres y carnes rojas. Además, es importante fortalecer el sistema inmune con vitaminas C, B12 y D para prevenir futuras enfermedades virales.

Es crucial realizar un seguimiento médico y análisis para evaluar la salud específica de cada paciente y determinar las necesidades nutricionales. Se proporcionan folletos informativos y fichas para que los pacientes puedan seguir una dieta adecuada desde casa.