La última suba de tasas que definió el Banco Central, llevó el rendimiento efectivo a más de 85% anual. La medida está generando la reacción deseada a corto plazo. Según la última información difundida por el Banco Central, los plazos fijos en moneda local efectuados por el sector privado crecieron 6,8% en agosto; es decir, por encima de la inflación esperada de ese mes. El stock superó por primera vez los 6 billones de pesos y en los primeros ocho meses del año registra una suba de 69%.

Un dato llamativo del mes pasado es que, al contrario de lo que vino sucediendo a lo largo de 2022, cayeron más de 3% los depósitos ajustados por UVA. Los bancos habrían limitado a las empresas la posibilidad de realizar estas colocaciones, que básicamente indexan el depósito en pesos según la inflación mensual. Como no hay un rendimiento adecuado, la decisión de la mayoría de las entidades es restringirlos.

La evolución del volumen de plazos fijos es bastante pareja en el año y demuestra que la expansión se mantiene más allá de los movimientos del dólar. Por supuesto que el cepo termina siendo un instrumento importante, porque le da menos opciones a las empresas que buscan dolarizarse.

El nuevo “dólar soja” de 200 pesos, también ayudó a tranquilizar el mercado cambiario. La promesa de las cerealeras de ingresar USD 5.000 millones, mejoraría el colchón de dólares del Central. A esto se le suma el compromiso de desembolso del BID por USD 1.200 millones que anunciaron junto a Massa.