Al momento de su estreno en Netflix, Emily in Paris se transformó en un éxito de la plataforma. La comedia de 10 episodios de Darren Star tiene como protagonista a Emily Cooper (una carismática Lily Collins), joven de vida moderada en Chicago. En un momento debe abordar un desafío. Ocurre cuando su jefa le solicita un traslado para trabajar como asesora de marketing en París para una firma que trabaja con marcas de lujo.

Pero, de un día para el otro, Cooper abandona a su novio, a su familia y a su cultura para adentrarse en un mundo que le es completamente desconocido, y que la termina sometiendo. Por ese motivo, mientras va entendiendo cada rincón de la ciudad, lo va dando a conocer en una red social de incipiente popularidad y, como consecuencia, con los espectadores.

Así quedaba al descubierto el principal objetivo de la serie. Trasladar al televidente a un mundo glam que no conocía de pandemias ni de confinamientos, y que eludía cada vez que podía los conflictos. Cada episodio, de no más de media hora de duración, se consume con facilidad, y su tono light nos promete que nada grave sucederá. En efecto, nada grave sucede.

También se incluye a un personaje como el de Mindy, mejor amiga de Emily, para aportar el alivio cómico. Ashley Park logra sumarle otras capas a una mujer más compleja. Este miércoles, Emily in Paris vuelve con su segunda temporada, también de 10 episodios, una que mantiene el tono de la primera entrega, con excepción de un momento culminante que pone a prueba la madurez del personaje central.