En la noche de ayer, se dio una situación inesperada en la comisaría de El Colmenar. El cabo encargado de controlar a las personas privadas de su libertad, en la dependencia policial, escuchó ruidos en la zona de arresto. Al acercarse, sorprendió a los detenidos golpeando la pared del baño.

Los aprehendidos, ayudándose con una punta de hierro, estaban destruyendo pacientemente una de las paredes. El baño, que da a la calle Diego Rojas, mostraba señales de algún tipo rudimentario de intento de fuga. Los presos estaban construyendo un boquete para poder escapar.

De inmediato se alertó al jefe de la comisaría, comisario Principal Sergio Juárez. La autoridad ordenó rodear el arresto con personal de guardia y solicitar refuerzos a Infantería Norte para evitar que la situación pase a mayores.

Los detenidos intentaron eludir la requisa por parte de los policías, primero con amenazas verbales y luego, resistiéndose con golpes. Sin embargo, fueron reducidos y cuatro de ellos trasladados a distintas dependencias policiales de la Unidad Regional Norte.