La UCR se enfrentaría a un quiebre interno del bloque por los votos al veto de Milei
El diputado nacional, Facundo Manes, junto a otros diez diputados radicales, pidió formalmente al presidente del bloque, Rodrigo De Loredo, que reorganice la bancada de la UCR en la Cámara de Diputados y expulse a los cinco legisladores que apoyaron el veto presidencial. Consideran que estos diputados “se fueron solos” tras fotografiarse con Javier Milei en la Casa Rosada. Los legisladores cercanos a Manes y Martín Lousteau insisten en que De Loredo debería tomar medidas. Se espera que en las próximas horas los acusados respondan con otro comunicado.
El conflicto dentro del bloque radical alcanzó su punto más álgido durante una reunión en la que hubo fuertes discusiones. Según testigos del encuentro, los cinco diputados que apoyaron el veto presidencial llegaron al debate con actitudes desafiantes. A pesar de las tensiones, De Loredo busca mantener el equilibrio entre los diferentes sectores, evitando tomar partido por ninguno de ellos. Mientras convoca a una reunión para reflexionar sobre el futuro del bloque.
La situación se complica porque la UCR, con sus 33 bancas, tiene un rol clave en la Cámara Baja, lo que incrementa las expectativas sobre cómo deben actuar en los momentos decisivos. Las divisiones internas también se ven reflejadas en la Convención Nacional de la UCR. El cual adelantó la posibilidad de sancionar a los diputados que no acataron el pedido de defender el proyecto original de la reforma previsional.
Más allá de las sanciones y las disputas públicas, la división profunda en la UCR refleja distintas visiones sobre cómo enfrentar al fenómeno libertario liderado por Milei. Por un lado, el radicalismo porteño, con figuras como Lousteau y Manes, apuesta por confrontar al gobierno nacional. Mientras tanto, los radicales provinciales, que han ganado elecciones y tienen un fuerte arraigo territorial, prefieren mantener una relación más pragmática con la Casa Rosada.
Este conflicto de visiones en la UCR podría tener consecuencias en futuras votaciones, donde las diferencias internas seguirán tensionando al bloque. Algunos sectores más conservadores consideran que distanciarse de los libertarios es una estrategia para la supervivencia del partido, mientras que los más cercanos a Milei creen que colaborar con el gobierno es la mejor forma de asegurar recursos para sus provincias.