El nuevo Régimen de Regularización de Activos establecido por la ley 27.743, conocido como el blanqueo de capitales, ha generado una gran expectativa debido a su enfoque “amigable”, “flexible” y “económico”. Este programa, más allá de su objetivo recaudatorio, está diseñado para impulsar la actividad económica y fortalecer las reservas del país. Entre sus principales atractivos se encuentran el beneficio fiscal para quienes participen, el bajo costo asociado y la amplia gama de opciones de inversión disponibles para evitar la penalidad.

El blanqueo se divide en tres etapas, cada una con alícuotas distintas. La primera etapa, que culmina el 30 de septiembre (a menos que se prorrogue), ofrece una penalidad del 5% para montos superiores a US$100.000. Si el importe a blanquear es inferior a ese monto, no se aplicará ningún impuesto, lo que se denomina como “franquicia”. Cabe destacar que esta primera etapa es la única en la que se permite blanquear dinero en efectivo, el cual recibe un tratamiento especial. Si es menor a US$100.000, se podrá utilizar sin penalidad ni limitaciones a partir del 1 de octubre en Argentina.

Flexibilidad para la gestión del patrimonio

Para aquellos que blanqueen un patrimonio superior a US$100.000, no habrá penalidad si los fondos se mantienen en una cuenta especial hasta el 31 de diciembre de 2025. El abanico de inversiones elegibles para evitar el impuesto y generar un retorno es amplio. Incluye títulos públicos, obligaciones negociables (ON), acciones, Bonos Provinciales (Bopreales), cheques de pago diferido y pagarés. Además, de ciertas cuotapartes de Fondos Comunes de Inversión (FCI) que pueden estar invertidos tanto en el país como en la región. También se contempla la inversión en proyectos inmobiliarios con características específicas.

Otro aspecto atractivo del plan es el denominado “tapón fiscal”. Al regularizar bienes y activos no declarados hasta el 31 de diciembre de 2023, se perdonarán ciertas obligaciones tributarias y se evitarán fiscalizaciones futuras sobre el pasado, aunque existen condiciones y limitaciones. Además, se ofrece la opción de pago adelantado del impuesto a los Bienes Personales por un período de cinco años. Es decir, de 2023 a 2027, y con estabilidad fiscal garantizada hasta 2038. Estos puntos, sin embargo, deben ser analizados con un asesor fiscal para maximizar los beneficios.