El reciente movimiento del Gobierno nacional para reglamentar las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) en Argentina ha generado un intenso debate en el mundo del fútbol. Aunque la implementación de las SAD está actualmente judicializada debido a un fallo obtenido por la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), la sensación general es que su llegada es inevitable. Este fenómeno es impulsado tanto por la FIFA, bajo el liderazgo de Gianni Infantino. Y por sectores clave del fútbol local que ven en las SAD una oportunidad para transformar el negocio. Según detalla el periodista Alfredo Sainz, hay seis claves para entender la encrucijada en el fútbol argentino y la sociedad.

1. El avance inevitable de las SAD

La reglamentación de las SAD en Argentina parece ser solo una cuestión de tiempo. Desde 2015, la FIFA ha restringido la propiedad de los pases de jugadores a los clubes, forzando a inversores a involucrarse directamente en la gestión de los clubes para seguir operando en el negocio del fútbol. Esta tendencia global, que ya ha transformado ligas en todo el mundo, está presionando para que Argentina siga el mismo camino. Los defensores de las SAD en el país argumentan que esta estructura permite una gestión más profesional y eficiente, mejorando tanto la infraestructura como el rendimiento deportivo de los clubes.

2. La región y las SAD

Argentina se destaca junto con Paraguay como uno de los pocos países en la región que aún resiste la incorporación de capitales privados en el fútbol. En otras ligas sudamericanas, como en Chile, las SAD son ya una realidad consolidada. Sin embargo, el modelo ha recibido críticas, especialmente por la falta de inversión en divisiones inferiores, lo que ha afectado el desarrollo de nuevos talentos. En Brasil y Colombia, aunque las SAD están presentes, los clubes más grandes se mantienen como asociaciones civiles sin fines de lucro, manteniendo así un control más tradicional.

3. Uruguay como referencia

Uruguay ofrece un caso interesante para entender lo que podría suceder en Argentina. Desde 2001, las SAD operan en el fútbol uruguayo bajo un modelo similar al gerenciamiento. Donde las empresas gestionan la explotación del fútbol profesional y la marca de los clubes. Este modelo ha atraído tanto a capitales europeos como a inversores argentinos. Ya que ven en el fútbol uruguayo una oportunidad para desarrollar talento juvenil con potencial de reventa en ligas más competitivas. Este tipo de inversión podría replicarse en Argentina, especialmente en clubes de menor envergadura.

4. Los antecedentes en Argentina

Las experiencias pasadas con capitales privados en el fútbol argentino no han dejado un buen sabor entre los hinchas. Casos como el de Racing Club, gerenciado por Blanquiceleste S.A., o el de Quilmes, bajo el control de The Exxel Group, terminaron en fracasos financieros y deportivos. Estos antecedentes sugieren que, aunque las SAD puedan ofrecer un modelo de gestión más profesional, también existe el riesgo de que repitan los errores del pasado si no se implementan con las salvaguardas adecuadas.

5. El presente encubierto de las SAD

A pesar de la oposición pública a las SAD, en la práctica, el gerenciamiento privado ya está presente en varios clubes argentinos. Ejemplos como Talleres de Córdoba, Defensa y Justicia, y Riestra, muestran cómo empresarios y grupos de inversión ya influyen significativamente en la gestión de estos equipos, aunque oficialmente sigan siendo asociaciones civiles. Este modelo mixto podría ser una antesala a la formalización de las SAD en el fútbol argentino.

6. Lo que viene: el rol de los inversores

Los primeros en capitalizar la apertura hacia las SAD en Argentina podrían ser empresarios locales, quienes estarían más dispuestos a asumir los riesgos del mercado argentino. Los grandes clubes como Boca Juniors y River Plate probablemente quedarán al margen de esta tendencia. Por otra parte, los clubes medianos y del interior del país podrían ser los primeros en adoptar este modelo. Inversionistas extranjeros, especialmente de Estados Unidos y Europa, también están mostrando interés en el fútbol argentino. Especialmente, atraídos por el potencial de crecimiento y el valor relativamente bajo de los clubes en comparación con sus contrapartes internacionales.

La discusión sobre la implementación de las SAD en Argentina está lejos de resolverse, pero lo que está claro es que el fútbol argentino se encuentra en una encrucijada. La posibilidad de atraer inversiones significativas y profesionalizar la gestión de los clubes se enfrenta al desafío de preservar el rol social que estas instituciones han jugado históricamente en el país.