Los hermanos de la tucumana Marta PattyAltamirano viajaron a la provincia de San Juan para reconocer el cuerpo hallado en el cerro Mercedario, uno de los más altos de la región. Hoy, Corina Altamirano confirmó que se trata de su hermana. “Sí, es ella”, expresó.

De esta manera, el misterio del cuerpo encontrado el 23 de enero pasado podría llegar a su fin, debido a que todavía restan las pruebas de ADN. Los resultados que cotejarán las muestras del cadáver con la del padre de la andinista darán conclusión a la investigación que lleva la fiscalía sanjuanina.

Los cuatro hermanos de la joven de 20 años, quien murió el 27 de marzo de 1981, estuvieron en la Morgue para inspeccionar el cuerpo. “Por elementos muy puntuales, sí estamos seguros de que es la ropa de mi hermana. Sí, es ella”, aseguró Corina al diario local Huarpe.

Por otra parte, los hermanos contaron que, si bien sus padres están al tanto del hallazgo, no cuentan con todos los detalles, debido a una decisión familiar conjunta. “Ahora que estamos seguros, les vamos a contar todo”, explicó Corina, quien fue una de las últimas dos personas en ver con vida a “Patty”.

“Se va a sentir aliviada y feliz de poder despedir a su hija como corresponde”, expresó con respecto a su madre. Además, reveló que las cenizas de su hermana volverán al Mercedario.

La desaparición de Marta Altamirano

El caso ocurrió el 27 de marzo de 1981. Las hermanas Marta y Corina, junto a un joven llamado Sergio Bossini estaban escalando el Mercedario cuando “Patty” murió tras caer al precipicio desde aproximadamente 500 metros. Inmediatamente, los dos andinistas acudieron al puesto de GendarmeríaÁlvarez Condarco” donde informaron sobre el trágico accidente.

En su momento se inició todo un operativo para la búsqueda de la mujer, que incluyó a un helicóptero, pero dadas las condiciones climáticas impidieron el trabajo, ya que la zona estaba cubierta de nieve, de manera que resultó imposible localizar el cuerpo. Las patrullas terrestres no continuaron avanzando debido al peligro de las grietas en el hielo. Frente a dicha situación, se decidió suspender la búsqueda tanto aérea como terrestre.

Posteriormente, hubo otras tres expediciones para dar con el cadáver de la andinista tucumana, pero ninguna resultó exitosa y su cuerpo permaneció sepultado durante 42 años.