Pasaron tres años para que Rafael Nadal volviera a decir presente en Wimbledon. Pese a que consiguió avanzar a la segunda ronda, le costó trabajo superar a Francisco Cerúndolo: ganó por 6-4, 6-3, 3-6 y 6-4.

Después de las dudas previas a su participación en el tercer Grand Slam del año, por su incesante dolor en el pie izquierdo, el actual N°4 del ranking ATP salió activo a la cancha central para imponerse sobre el argentino.

Salvo una paridad en los primeros games, el español quebró el servicio de su rival para ponerse arriba 3-1. Sin embargo, el sudamericano, de 23 años, dio un indicio de que no le haría sencillo el transcurso del encuentro al responderle con una rotura de saque de inmediato.

Lo hecho por el 41° del escalafón mundial le permitió mantener el equilibrio en el juego, en la continuidad del set inicial, pero el rey de la tierra batida logró quebrar para el 6-4, luego de haber resistido a cuatro break points.

Para la segunda manga, el ritmo parejo se mantuvo hasta que el ganador de 22 Grand Slams consiguió un quiebre en el sexto game que le facilitó el camino hacia una ventaja mayor en el cotejo.

Pero al siguiente parcial, la historia sumó su capítulo de drama. Es que, tras intercalar quiebres, el bonaerense golpeó justo para el 5-3, al romper el servicio del europeo, ganando un estímulo importante al achicar diferencias.

Las cosas siguieron igual de favorables para Cerúndolo en el cuarto set, con un momentáneo 4-2. No obstante, Rafa entendió que era el momento de activar su modo de lucha y quebró en dos ocasiones seguidas para remontar y llevarse la clasificación, al cabo de tres horas y 36 minutos.

El bonaerense se retiró conforme con su actuación ante uno de los mejores de la historia. «Haber hecho mi debut en Wimbledon de esta forma y frente a Rafa es algo que me ayuda mucho a crecer», declaró.